Es de suma importancia informarnos del tipo de terreno a comprar al desarrollar cada proyecto: composición, posibles zonas de antiguos rellenos, acuíferos o arroyos, etc. la mejor opción previo a la compra de nuestro lote ideal, es solicitar un estudio en base a muestras del terreno (perforaciones de dos puntos como mínimo, según sea el área a construir), dichas perforaciones deben ir previamente pensadas y justificadas para la futura extracción de información en los laboratorios. Esto nos ayudará a evitar los peores terrenos, y por consiguiente evitar un gasto excesivo en las etapas donde se empieza a gestar nuestra obra, (terrenos formados por rellenos (de escombros, movimientos de tierras, por material orgánico, entre otros.) Elegir un terreno apto siempre va a ir ligado acorde a las necesidades de nuestro planteamiento, aquellos que se pueden considerar más adecuados por norma general, son cohesivos, duros y resistentes (suelos rocosos, granulares), donde abunda la piedra y que, al ser tan resistentes, permitirán que nuestra vivienda logre emplazarse mediante una cimentación más sencilla. Sin embargo, si entre nuestros planes para nuestro proyecto está la visión de disponer de una gran piscina , o un gran sótano , las características del mismo terreno antes mencionado, dificultarán mucho la excavación y se complicará el flujo de líquidos (para desahogar drenajes), con lo cual, se elevarán los costes de construcción si esto no estaba previamente analizado en papel. Por esto, es importante recalcar y hacer eco de la importancia de estos estudios previos en cada obra a ejecutar, ya que gracias a estas minuciosas observaciones podemos evitar terrenos que, si bien se encuentran económicamente a un bajo costo de mercado, encarecen de manera desmesurada a largo plazo las diferentes etapas de nuestras edificaciones.