Tradicionalmente la industria de la construcción a nivel nacional ha normalizado una línea de trabajo en la que una vez culmina la etapa de cotizaciones o licitaciones (según sea obra pública o privada), se minimiza el protagonismo del presupuesto de obra, y se desarrollan los trabajos en situ según van surgiendo distintas etapas del proceso constructivo, pero: ¿Qué pasaría si enfocamos nuestra atención a la importancia del presupuesto de obra y lo ubicamos como punto central en cada uno de nuestros proyectos? Administrar cada una de las líneas de costo del presupuesto de obra, nos permitirá concretar la utilidad óptima (en beneficio de la empresa contratante) y a su vez, entregar un proyecto de alta calidad, cumpliendo todas las expectativas deseadas en el anteproyecto de dicha obra (en beneficio del cliente o entidad).